domingo, 11 de febrero de 2018

Hoy vos no corres

 Cuando el destino atenta contra nosotros no hay mucho que podamos hacer. Ese domingo me di cuenta que hagamos lo que hagamos es imposible vencerlo.
 Esto que me pasó no arrancó el domingo sino el lunes anterior. Para que entiendan ese domingo era "domingo de carrera", la primera del año para mi. Imagínense la ansiedad que venía acumulando después de dos meses de sólo entrenamiento.
 Ese lunes, faltando sólo seis días para la largada, me decidí a pagar la inscripción. Pero por cosas del día y vaya uno a saber que otros motivos no me hice tiempo para imprimir el cupón de pago. "Lo dejo para mañana" me dije, y acá es donde entra El Destino a jugar conmigo.
 Esa tarde, calurosa tarde de lunes, mientra me encontraba haciendo nada en mi trabajo recibo un mensaje de Facebook. Era de Mariano y en pocas palabras me decia que me había hecho acreedor de una inscripción a la carrera. Gané! Gané el concurso!. Todo cerraba, El Destino fue quien no quiso se yo tenga tiempo para imprimir el cupón de pago para la inscripción de "mi primer carrera del año".
  La semana transcurrió muy lenta, trabajo, entrenamientos, trabajo y alguna cena compartida pero nada mas que eso. El sabado era el día impuesto por la organización para retirar el Kit de competición (remera, número y chip, no mucho más) hasta acá todo muy normal, pero en mi había sensaciones de que algo iba a pasar.. así que traté de hacer todo bien y meticulosamente pensado. Preparar la ropa, zapatillas, reloj, hidratación, alimentación y sobre todo descanso. Y así se fue el sábado, con la misma sensación de "algo va a pasar".
 Y el gran día llegó, domingo 6:05 y sin darle tiempo al despertador la lluvia, la indeseada lluvia me despertó. En otra ocación no me hubiera molestado pero esta vez tenía que viajar 25 kilómetros en moto! Hacía dos meses no llovía y justo hoy va a llover! Y acá vuelve El Destino, pero esta vez para jugar en contra, como diciendo "hoy vos no corres".
 Mientras preparaba un muy nutritivo desayuno, no vaya a ser que me quede sin "nafta" a mitad de carrera!, pensaba que opciones tenía. Me quedaba una sola, y me dije "el NO ya lo tenes", y lo llamé a Escobar. Para mi sorpresa me dijo que si. Es más, me prestó su auto. Listo a correr!
 Y como si fuera una de las mejores novelas de suspenso de Stephen King, (mediocre maestro de secundaria viaja al pasada para salvar a J.F.K pero el pasado se pone en su contra. "El pasado se defiende, no quiere ser cambiado").
 Bueno! Volviendo, ese domingo entendí que el detino siempre atenta contra nosotros, a favor (como aquel lunes) o en contra. Crean o no había algo que no quería que yo corriera ese día. Y ese algo era El Destino, porque a sólo 10 kilómetros de llegar el auto que Escobar (mi viejo) me prestó, me dejó tirado al costado de la ruta y con los pies embarrados como si hubiera corrido esa carrera. Per no! El Destino, ese destino que yo hice propio, quiso que yo ese domingo no corriera y terminara con la remera puesta tomando mates en el sillón de mi casa!
                                                   Fin.

Perdón me olvidaba. Dejó de llover y salió el Sol!






No hay comentarios:

Publicar un comentario